El jóven y la serpiente.



Una mañana cualquiera, un  día más pensaba refunfuñante, pero tenía que levantarme para generar el ingreso diario, si no morir de hambre no seria la muerte mas placentera, caminaba hacía el trabajo, no estaba tan lejos de casa y llegaba a disfrutar lo único bueno que tenia ese lugar, el café ahhh ese delicioso café qué con su negro y amargo sabor endulzaba mi mañana, aunque el dia de hoy algo se sentía diferente, digo todo era tan basura y genérico como siempre pero este día se sentía muchísimo mas, como si esto no sólo ya se hubiese vivido, mas bien como si se viviese a la centésima no se como explicarme, pero si algo malo pasaba se sentia como si ya estuviese harto de vivir este momento una y otra vez y asi sucesivamente con cada mal trago del día, contando un poco de mi vida en resumen, nunca me faltó nada (hablando de lo básico) pero mi vida siempre había sido una mierda, entre malas rachas y peores, malos amigos, malas mujeres y todo lo qué podrías imaginarte, me sentía el eugene de la vida real (contexto entendible si viste hey arnold) pero bueno, era la vida que me había tocado vivir y después de la muerte no habría más desgaste, sería el fin.
Pero como te comenté en ese renglón unas palabras atrás, esto se sentía bah sigo sin tener las palabras exactas, imagina que tienes un deja vú al quemarte pero que el dolor se siente cien veces más fuerte de lo que se sintió al principio, no sé si sea la ansiedad del estar dejando de fumar, hablando de fumar ¿donde deje mis cigarrillos?, hey no me juzgues ha sido un día difícil y esto no se siente que vaya a mejorar, pero bien camino a casa y es una noche mas, mintiendone a mi mismo y desvelandome jugando, durante la poca madrugada de sueño que gozaba, algo me hizo despertar, un ardor horrible que recorría mi brazo desde la muñeca e iba avanzando, desperté de golpe y corri a encender la luz para quedar impactado al verme frente al espejo, mientras una serpiente, si una maldita serpiente avanzaba no sobre mi brazo si no por mi piel, quemaba como mil soles cada vez que avanzaba y se movió hasta dejar su cola enrollada en mi brazo y su cabeza apuntando a mi cuello lista para morder, y de pronto todo me dio vueltas, cai rendido o desmayado realmente no recuerdo que paso en ese justo momento, pero cuando desperté, lo primero en ver fue mi brazo en el había un tatuaje, si un gran tatuaje de una serpiente como la redacte en la previa descripción, vaya un tatuaje ¿cuando lo hice? pensé, no es reciente la tinta esta seca y mi brazo no duele, no recuerdo haber hecho esto, ¿que chingados esta pasando?
Claro que llamé a mi jefe para pedirle el dia argumentando que había amanecido muy enfermo aunque realmente solo queria saber que estaba pasando, trate de quitarlo con agua, probablemente fue una mala broma pero no era plumon permanente, era un maldito tatuaje, y aúnque siempre estuvo en mis planes el hacerme uno, el diseño no era este, y tampoco el tamaño, pero lo qué no terminaba de entender era el como, todo tiene un porqué y tenia que averiguar cual era este.
Acudí al doctor, una revisión de rutina y me comentó que no notaba algo anormal inclusive mi tatuaje tenia su tiempo normal de cicatrización, como si lo hubiera hecho hace meses, meh dije al final ya no podia hacer nada pero la intriga me consumía por dentro, llame a algunos amigos pero todos estaban ocupados por el momento, al llegar a casa sentía algo extraño, encendí el televisor y para no desperdiciar el dia decidí pasar la tarde jugando videojuegos, cuando de repente un ardor empezó a recorrer la serpiente, corrí al lavamanos a tratar de calmarlo con agua, y en un abrir y cerrar de ojos habia algúien parado tras de mi, un hombre de vestimenta extrema y extraña, con accesorios que parecían brillar en oro, el. Ambiente era humeante casi parecía que había un incendio en el lugar solamente que sin fuego, en ese momento no podía moverme, tal vez era el miedo que me tenia paralizado porque ni siquiera podía ver su rostro, el miedo aumentó cuando vi rondando a mi alrededor algunos jaguares negros, humeantes, enojados.
Entre susurros que no parecían venir de ningún lugar mencionaban un nombre, "tezca", y asi como llego, todo desapareció, digo mi vida de por si era mala como para enfrentarme a que me estaba volviendo loco era algo que no me podía permitír, asi paso la noche, yo asustado en la cama hasta que me venció el sueño, pero a la mañana siguiente desperté como si nada hubiera pasado, camino al trabajo volvía a escuchar susurros, y lo veia a ese hombre, podría jurar que lo veia entre los autos, en mi trabajo en donde quiese que voltease, insistí en que me estaba volviendo loco, acudí después de mi trabajo al psiquiatra sabia que algo estaba mal conmigo, afortunadamente mi seguro medico lo cubría, el psiquiatra después de algunos análisis el doctor dio un diagnostico, "inicios de esquizofrenia", y me médico prometió que las voces y las alucinaciones se irian después de las pastillas, y así después de unos dias todo parecia a vovler  a la normalidad, pero mi miedo a terminar encerrado crecía, me volví aun mas ermitaño, ahora con los medicamentos no podia beber, no disfrutaba salir porque temia que los demas me vieran tomando mis medicamentos para la esquizofrenia y me tacharan de loco, vaya que mi salud mental se estaba desgastando mas y mas pero todo a causa de mi mismo.
Habian pasado ya unos meses desde el ultimo ataque de ansiedad, ya había olvidado las voces y parecía que todo seguía su curso natural, hasta que un día, en el que iba caminó a casa, en la parada del autobús baje un poco mi mochila al suelo, hacia calor esa tarde, cuando de la nada un Jaguar, ¡Si!, un jodido Jaguar que no se de donde diablos salió, tomo mi mochila por su hocico y salió corriendo con ella, quede paralizado y comencé a gritar "un Jaguar, un maldito jaguar se llevó mi mochila", todos en la parada se sorprendieron y me veían como no quería que nadie me viese, como un loco desquiciado, me voltee y decidí caminar a casa pensando qué haría, mis medicamentos de este mes estaban ahí y no me darían mas en el seguro, no podía dejar de pensar en ello, al llegar a casa todo parecía estar tranquilo trataba de tranquilizarme a mí mismo convenciéndome de qué todo estaría bien, y no era así. Todo se pondría aún peor.
Esa noche mientras descansaba algo me hizo despertar, me desperté un poco agitado y una voz muy baja, apenas entendíble y escuchable pronunciaba mi nombre, asome con temor mi cabeza por la ventana y vi a alguien a través de los canceles que caminaba de lado a lado y me invitaba a salir, por su puesto qué no pensé y me dispuse a intentar dormir hasta que esa visión desaparecíera, asi los siguientes días volvieron a ser aparentemente normales, mis amigos me visitaron preocupados por mi aislamiento pero solo les decía que todo esta bien, que era una mala racha.
Asi que desperté un día mas, este día parecía ser diferente porque cada vez que giraban hacia alguna dirección en este caso el sureste mi serpiente la cual ya hasta había olvidado empezaba a arder, no sé que fue lo que me hizo seguirla pero ese día tomé otra dirección comencé a leer en mi teléfono las direcciones, intentaba descubrí hacia dónde era lo que él aparente ardor trataba de guiarme y también quería descubrí que era aquello, asi que sin avisar a nadie me tendí en aquel viaje, hacia el sur dije y hacia allá tendría que ir, llegue a la central de autobuses y pedí uno a la próxima ciudad al sur, y así consecuentemente fui viajando guiándome por el ardor en mi brazo, descansaba, comía, intentaba dormir porque cada vez que el autobús giraba en torno a esa dirección el ardor me despertaba, para dejar claro ese dolor era como si le prendieran fuego a mi piel.
Así llegue a la ciudad de México, sabía que era el lugar indicado porque el ardor aumentaba en ese lugar, y me continúe guiando esta vez a pie dado que tenía que seguir la ruta del dolor, entre los andares descubrí visiones,


Cabia aclarar que sentía que estaba al borde de la locura, de repente veia un campo desolado y me despertaba de golpe porque chocaba contra algún edificio, era como si tuviera visiónes del pasado y caminaba por senderos donde hoy había grandes edificaciones, mierda que de verdad estaba loco y sin mis medicamentos no podría hacer nada mas que continuar con mi locura y esperar el morir en algún momento.
Entonces lo vi, era una gran pirámide a lo lejos y mi serpiente parecía encenderse en un rojo tan ardiente como ver el mismo sol. Pero el ardor había desaparecido.
Dejen de sentir dolor en mis pies, el hambre se fue y comenzaba a ver pobladores. Con una vestimenta extraña y pensé.
¿Acaso estoy muerto ya?
Pero una voz, muy conocida me dijo, no hijo no estas muerto aún, inclusive estás más vivo que nunca.
Voltee hacia mi izquierda y lo vi ahí, era mi abuelo pero Lucía como nunca, parecía que estaba en su mejor época, estaba ahí parado con un jaguar por un costado.
Pero si tu estas aquí entonces estoy muerto, exclame.
No hijo mio, yo estoy muerto en este lugar de descanso eterno pero tú no, tu llegaste aqui porque era necesario.
Para que pregunte
Acompáñame y lo sabrás.
Así lo seguí hasta una pirámide que no había conocido en mis anteriores visitas a mexico era diferente y subimos hasta una cúspide donde se encontraba un hombre sentado, era el mismo hombre que se aparecía en mis visiones.
Refunfuñaba y me hablaba en una lengua que yo no entendía y de pronto comenzó a hablar en español, reclamándome el hacerlo hablar en una lengua inmunda que tuvo que usar para darse a entender con las nuevas almas que llegaban al Mictlan.
Me explico el motivo y como llegué aquí, era una especie de elegido que tenía el poder de la serpiente, podía alternar mi mundo para ver entre él pasado y el presente, no estaba enfermo ni loco solamente empezaba a desarrollar mis habilidades por eso mandó a ese jaguar a robar mis medicinas para que nada detuviera mi desarrollo. Estaba muy débil para moverse entre los tiempos y lugares y yo tenía que llegar hasta el.
Mi abuelo ayudó un poco en el proceso.
Ah si, y el nombre de quien pensaba era un hombre era, Tezcatlipoca, un dios...


Continúara.

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